02 Ene Un breve repaso a la historia de la imprenta
El nacimiento de la imprenta se remonta al año 593 cuando en la antigua China comienzan a reproducirse, por primera vez, dibujos y textos de forma múltiple, con ayuda de tablas de madera tallada, lo que se conoce como Xilografía.
Casi 500 años después, sobre 1040, el alquimista Chino Pi Cheng, desarrolló las primeras técnicas tipográficas, combinando lo xilografía con técnicas milenarias de estampación con sellos. Utilizaba unos tipos estándar, fabricados en serie, mediante moldes de arcilla, que una vez cocidos se unían con masilla a un molde metálico y permitían imprimir palabras completas.
El nacimiento de la imprenta en Europa
En Europa estas técnicas tardaron en llegar y aunque en el siglo XIV el holandés Aurens Coster. Fue el primero en desarrollar tipos de madera móviles. Hay unanimidad en considerar a Johannes Gutenberg, 1440, como el inventor de la imprenta.
Gutenberg desarrolló unos moldes móviles de letras en plomo fundido (llamados “tipos”- tipografía), creando unos caracteres de metal que formaban el abecedario. Se dio cuenta que utilizando estos bloques dentro de una máquina, lograría que el proceso de impresión fuera mucho más rápido, menos costoso y le permitiría la reproducción de textos en serie. El primer libro que se imprimió fue un ejemplar de la Biblia, lo que se conoce como “la Biblia de Gutenberg”.
La nueva imprenta de Gutenberg se extendió rápidamente por Europa y su concepto se mantuvo hasta el siglo XX. Durante este tiempo, la producción fue muy artesanal. Se utilizaba una “caja de impresor” dividida en cajetines y en los que se situaban los distintos caracteres.
La evolución de la imprenta
En 1796, Alois Senefelder, austriaco, inventa la técnica litográfica, lo que constituye el primer proceso de impresión en plano. Esta técnica empleaba placas de piedra caliza que absorbían las sustancias grasas y el agua, pero sin mezclarse entre sí. Es decir, las zonas que se imprimen son las que admiten la tinta (oleofilas) y las zonas sin imagen, aceptan el agua pero no la tinta.
La gran evolución de la imprenta se produjo a partir de la revolución industrial, donde el acceso a la prensa escrita, por parte de la población, dio un impulso definitivo y los avances tecnológicos no pararon de llegar.
En 1904 el mundo de la impresión llega a su punto más alto con el desarrollo de la impresión en offset. Método que sigue usándose en la actualidad. El offset fue desarrollado por Caspar Hermann y W. Rubel, de forma independiente. El primero, desarrollando las técnicas litográficas y el segundo por casualidad, consecuencia del error de uno de los operarios de su rotativa.
En la actualidad, la autoedición y la incorporación de los ordenadores, han supuesto una revolución difícil de evaluar y en definitiva la apertura total del mundo de la impresión. La impresión digital parte de una imagen creada en un ordenador. Puede contener texto o gráficos y puede ser creada por multitud de programas. Cada vez más sencillos y accesibles. Las posibilidades son ilimitadas, no se necesita planchas, ni fotolitos y desde cualquier hogar pueden realizarse impresiones. Cada vez de mayor calidad y a un coste más reducido.
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